miércoles, 30 de abril de 2014

El mundo en tus manos

 
Mucho se ha escrito sobre el arte como juego, hay autores que subrayan que el arte es un dispositivo a merced de lo que no es útil, de lo inservible para lo práctico y lo utilísimo para la cultura, el pensamiento, y en definitiva para el desarrollo del ser humano.

Cuando te veo tumbado en el suelo, agrupando piezas por colores y levantando torres impensables que más tarde tú mismo vas a derribar gozoso... me deleito en pensar que estás empoderado con el mundo en tus manos. Cada torre levantada, cada torre aniquilada. Sin más intención que disfrutar de su invención y su derrumbe. Eso es jugar. Eso es tener todo el poder del mundo en tus manos.

Mucho se ha escrito y hablado sobre el juego infantil, sobre sus beneficios, sus virtudes, el desarrollo de la capacidad de aprendizaje...
Mucho se ha escrito y hablado sobre el arte. Su importancia en la sociedad, su relevancia para el desarrollo de la cultura...

Pero poco o nada es, en realidad, la conciliación que ofrece nuestra sociedad para con el juego. Jornadas escolares agotadoras, horarios parentales insostenibles para el normal funcionamiento de una familia, pocos momentos de paz para entregarse al juego durante horas. Para olvidarse, para ensimismarse.

Foto: El cielo por el tejado



El juego y el arte requieren de algo fundamental: El ensimismamiento, disfrutar del aquí y ahora como si nada más ocurriese. Pero sí ocurre, porque tanto el juego como el arte vuelcan tras de sí todo un mundo interior entretejido por la experiencia, por las vivencias, por lo cotidiano y por lo universal a la vez.

Pero poco o nada es lo que se prioriza hoy día el arte, la creatividad y el desarrollo de nuestra capacidad de entusiasmarnos y ensimismarnos. El arte de crecer guiándote por tu propio motor generador de momentos absolutos. Dónde todo puede ser porque precisamente tu en ese momento ERES, y nada más. 

En los espacios dedicados al niñ@ para enseñarles lo que deben ser, es decir los colegios, se les priva cada vez más de las áreas más humanas, más innatas, más intuitivas: la música, el arte, la plástica, las creatividades, las manualidades, los talleres… El mundo de los sentidos, lo abstracto y lo conceptual relegado al final de la fila, el mundo del pensamiento crítico expulsado por mal comportamiento, el mundo de la identidad propia, la autoría, la iniciativa queda castigado. El descubrimiento de lo colectivo desde el placer de la participación espontánea no tiene cabida en este colegio que se está formando hoy día y que está conformando a nuestr@s niñ@s.

En los espacios dedicados al arte para que sea mostrado ante todo el mundo, es decir los museos y centros de arte, existe poco o ningún espacio para la reflexión, para el conocimiento, para el acercamiento. Por eso el circuito comercial del arte cada vez está más alejado de lo humano y más cerca de lo económico, de lo que no es inherente a él. A pesar de que much@s de l@s artistas contemporáneos se muevan en otro sentido, los espacios dónde se muestran están muertos, helados, enmohecidos. 

Foto: El cielo por el tejado


No es casualidad que el frío del alejamiento haga estragos en las relaciones entre el nosotr@s y nuestro ser creativo. Si nos olvidamos de jugar nos olvidamos del respeto por lo más profundo de nuestr@s niñ@s. Y faltaremos a la verdad de nosotr@s mism@s más adelante como adult@s cuando, estando ante un momento que requiera creatividad, ensimismamiento o entusiasmo no sepamos detenernos, contemplar y más tarde mostrar una respuesta propia, auténtica y con criterios.


Cada vez que te veo jugar pienso que todo lo puedes en ese momento. Cuanto más te observo deleitarte en tus juegos más claro lo tengo: muchos pensarían que tienes demasiado poder en tus manos.
Cada torre caida, cada palo en el barro, es un movimiento revolucionario... 

Parece que jugar y crear es algo peligroso, porque permite pensar y tener autoría, parece que la única salida es arrinconar estos verbos y hacernos a todos cada vez menos personas, menos sensibles, menos creativos. Y en especial a los niñ@s. Porque debe de ser peligroso. Por eso no se fomenta jugar, no se alienta al arte ni al juego, sería poner demasiado poder en las manos de otros.


Para reivindicar tu poder:



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Hay más opciones… la educación en movimiento:



lunes, 21 de abril de 2014

Poesía para el día a día

Poesía para el día a día,
para lo pequeño, para lo cotidiano.
Poesía para el dolor sincero,
en miles de balcones abiertos
dejando escapar sus aromas,
sus perfumes de no ser perfectos.
Con olor a crema para curar heridas,
con olor a ternura revuelta en la cena.

Olor, olor...
olor a pan,
a mercado,
a noche dulzona,
a ladrillo rezumando amor.


Es lo pequeño, lo que se escapa, lo acongojante,
por cotidiano, por necesario, por relevante.


Como un diario de páginas sin brillo,
sin sus hojas de color salmón.
Queriendo atrapar un deseo
con un trébol de dos suertes,
como caracoles que asoman sus cabezas 
casi todos los lunes al sol.

Ilustración: El cielo por el tejado


























Revientas de vida con tu día a día,
poesía cotidiana,
y te empapas de sabor a sudor.
Sabores nómadas, ausentes,
que luchan por llegar a tiempo,
que se afanan por no perderse nunca
el beso puérpero de la madrugada.


La vida cotidiana que nos devuelve,
que nos lleva a labrar el surco,
una y otra vez trazado.
Trepando, por tu balcón de mañana silbando,
esperando,
toda la mañana con harina en las manos,
los vapores de los juegos y tu risa, 
inundando.

Lo cotidiano,
ese balcón que se abre y deja escapar su canto.




domingo, 6 de abril de 2014

Alguien me ha dicho que soy un blog encantador...

Desde hace poco, no sé si os habéis fijado, luzco un pequeño corazón en el blog. Ha llegado hasta mi y ahora debo cuidarlo, como la rosa del principito. Parece frágil, como todas las relaciones. Parece hermoso, como todo lo que te regalan, y dice en el idioma del glamour y los negocios ¡que soy un blog encantador!. Es rojo, vistoso, y supongo que está pintado con el cariño del breve camino recorrido juntas. Gracias a María de "Pasuco a Pasuco" y a Maribel de "La madre de la naranja", dos blogs encantadores, por darme este corazoncito, tan caliente, y tan sencillo pero que tanta ilusión me ha hecho...



Me han pedido contar en once pasos quien soy, y yo obediente os los dejo aquí, a mi modo...

Uno. Soy un pequeño rincón, un escritorio sin luz, una breve lista de cosas por hacer, una idea que martillea sin cesar en mi cabeza envuelta en océanos de imágenes... Y que será, qué será, qué habrá de ser.


Ilustración: El cielo por el tejado


Dos. Soy la música que busca compás porque le cuesta mover los pies. La corchea que tímidamente enseña su tiempo breve para que le digan que puede seguir después. Y otra vez, otra vez. Por favor, muéstrese otra vez.


Tres. Soy la que escribe para nada, la que dibuja para menos, la que camina en sentido contrario porque a veces es mejor no avanzar y quedarse ahí, en el momento en que nací. Será por ti, será por tí...

Cuatro. Tengo a tres monstruos escondidos, habitando entre mis libros. De vez en cuando los paseo, por la noche, para no ser vistos. Son amenazantes, peludos y tienen cara de no haber comido... pero yo les canto una nana suave y se me quedan dormidos...


Cinco. Soy culinaria de sumar maneras, de pensar cómo mezclar distintas formas de pensar en todas. En ellas. Las mujeres que no, las que dicen que si, las que revientan de contento, las que omiten su pensamiento. No tengo remedio para esta receta, siempre aderezo con media libreta, de sumas de letras, de restas de sueño, de más de un milagro que arranque con vida la marcha prohibida de un barrio que va a la deriva.
Ilustración: El cielo por el tejado


Seis. Porque tengo credo y me lo creo, porque tengo fe ciega y la puedo ver. En el día a día, nunca en el papel. En las jornadas agotadoras, en las noches de no cenaré. En el tejido asociativo, en el calor de un buen café. En la copla en la ventana del vecino de triana, en la murga del obrero con camión hormigonero. En la delicia del parque, los niños y niñas descalzas bebiendo a sorbos el sol de primavera entre juegos y pelotas, cantando un himno a la vida.

Siete. Sólo sé de oficios, que no de beneficios. No tengo nada en general que sea de mucho valor, salvo un pétalo de rosa con risa de plata y rizos de oro, que lo llevo bien cuidado en el fondo del bolsillo.

Ocho. Soy mujer de cuidado, que tengo a mi cargo lo más necesitado, lo más precioso, lo más acabado. Pequeña obra del ARTE con mayúsculas con manos redondas y minúsculas. Soy espectadora de futuros ensimismados, encandilados con la idea de vivir el día a día jugando. Arrastrando las botas, pisando los charcos.


Nueve. Soy de ARte, Bellas Artes, soy de papel y de lápiz, de dispositivo artístico, de instalación que denuncia, de ganas de volcar un poco de amor por la vida. Que hay que cuidarla dándole vasos de agua, que calmen la sed del que pide cultura para poder SER. El arte es político si tiene quien lo pueda ver. El arte es vida si se deja querer, si lo podemos hacer. Si nos dejan hacer.

Ilustración: El cielo por el tejado

Diez. A veces dejo reposando la infusión, calmada para poder pensar. A veces no termino de saber porqué no puedo hacer más. De revolución para todos. De empatía para ti. De soledades acompañadas. De generar espacios de luz. Quien sabe si no será así para que pueda volver a mi credo con el corazón empapado de humildad, de coraje, de preguntas...

Once ... y es que no soy poeta, sólo me hago preguntas.
No soy artista, sólo las digo en voz alta.



Perdonad por la extensión, otro rato miraré si tengo un adaptador. Que en los tiempos que corren el tiempo es oro y no queda un espacio para expandir la sonrisa. Conectaré el modo rápido y todo será un poco más liviano.

Y aquí tenéis mis blogs encantadores, los once a los que traspaso este corazón caliente.
Disfrutad de la lectura,
un abrazo desde este tejado...