A
veces es imprescindible parar. Detenerse, cerrar los ojos y sentir que no hay
nada más.
A
veces es imprescindible callar, bucear y sumergirse y corroborar que no hay
nada más importante que la palabra amar.
A
veces, sólo a veces nada más, es posible que podamos perder el tiempo en caracolear.
Como
los caracoles, perder el tiempo en
deleitarse en caminar.
Y
caminar y caminar. Y el paisaje no varía, no hay muchas novedades, simplemente
arrastras tu cuerpo bajo el cálido sol y te dejas domesticar. Domesticar por la
palabra amar.
Amar
a la vida que nos lleva por caminos que no esperamos, por veredas por las que
no habíamos arrastrado nunca nuestra concha, por acequias llenas de agua que
nos asustan con sus corrientes peligrosas.
Amar
caracol, amar.
Amar,
cuando no sabes si tendrás valor para salir al paso. Si tendrás suficiente
palabra para envolverte en ella. Para salirte a buscar en alfombra de plata.
De
plata, caracol, de plata.
Amar
para poder seguir amando.
Enroscada
en la idea de perder el tiempo.
Entusiasmada,
caracoleando.
Y
arrastrar la concha, como única carga. Y mirar al sol, como único deber. Y
beber de la vida que me ofrece un camino largo, demasiado largo para un
caracol. Que sabe que nunca lo va a terminar. Que no le interesa acabar, sino disfrutar del camino. Que
camina en un sentido, arriesgado sentido, que sólo le lleva a amar.
…Ama, caracolea,
déjate llevar.
Perdonad
si alguna vez no respondo, quizás tomé el camino largo para volver de nuevo.
Caracoleando.
Buscando
en el camino cómo amar, como los caracoles.
Arrastrando
un hogar, un cuerpo.
La
baba de plata que deja mi estela la miraré con nostalgia,
nostalgia de aquello
que acabo de recorrer.
La
baba de plata que deja mi cuerpo la dejaré donde está.
Para
que pueda ser.
Amor
y camino, tiempo y parada.
Caracoleando
jugaré otra vez. A no tener pies, sino un vientre enorme con el que sentir la
piel.
Amar
caracol, amar.
A
veces es imprescindible cerrar los ojos
y
lograr amar.
A veces, sólo a
veces, oigo una voz que susurra…
“Piérdete en el
tiempo que te empeñaste en encontrar.
Y ama,
caracoleando, dejándote amar.”
Para andar entre caracoles nos puede venir bien...
Música: Cesaria Evora y Pedro Guerra, Tiempo y silencio
Arte: Mona Hatoum, Mobile home 2005. Cuando llevar la casa a cuestas significa amar emigrando, amar despidiendose, amar entre dificultades, amar como única forma de vida estable.
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http://lavidanoimitaalarte.blogspot.com.es |
Lectura: El tiempo Vuela, Joäo Pedro Mésseder editado por Kalandraka
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http://biblioabrazo.wordpress.com |
Ilustración: El cielo por el tejado
Qué relajante leerte escuchado de fondo Cesaria Evora y Pedro Guerra.
ResponderEliminarGracias!! besos :)
Si, esa era la idea... momentos de parada, de frenar el ritmo, de no pensar tanto y sentir más, de dejar hablar al corazón.
ResponderEliminar¡Me alegro haberlo conseguido para ti Maribel! Gracias por leerme y por contármelo :)
besos
Me encanta caracolear contigo, detenerme a escuchar tur propuestas musicales, anotar tus titulos sugerentes para cuando tenga un rato.. Como dice Maribel, que relajante es leerte, bucear en tus palabras. Un besazo guapa!
ResponderEliminarGracias María! y a mi me encanta caracolear así, en tan buena compañía...
EliminarUn besazo linda!