viernes, 9 de mayo de 2014

Ya no danzo al son de los tambores...

Quizás ser madre tenga un poco de eso, no dejar que nadie haga lo que tienes que hacer por ti. Por ti misma, para ti misma y para otros. Quizás por eso este camino converge con el otro. Quizás sea eso.

Porque dejamos que otro se encargue de nuestro cuerpo,
dejamos que otro se encargue de nuestra mente,
confiamos a otros nuestra salud, nuestra seguridad,
dejamos en manos de otros la educación de nuestros hijos,
su bienestar emocional en las palabras de expertos,
nuestra capacidad de decisión en la posición de la mayoria, o de los que piensan, o de los que mandan...

Quizás sea eso.

¿Porqué en un mundo de delegar no hablamos más de emanciparnos?

La maternidad es precisamente un punto de arranque para tantas ganas de hacer por una misma que no puede ser casualidad. La maternidad te agranda las orejas, te ensancha las pupilas, pero sobretodo de agranda el poder de ti misma. Si lo sabes intuir, si lo dejas hacer, si lo quieres asumir.

Porque no nos emancipamos, no bailamos al son de nuestro instinto, nuestro cuerpo, nuestro hij@.
Navegamos siempre en contra de lo que es tan nuestro, de lo que nos pertenece.
Navegamos todo el tiempo, sin contar con nosotros mismos.

"Yo vivo navegando sobre el tiempo, yo vivo navegando sin tus besos.
Yo vivo preguntando, no lo entiendo..."


Porque parece que curarnos de enfermedades es como internarte en una caverna oscura, donde otros te han dicho siempre que sólo ellos pueden poner luz, donde otros te han dicho que debes temer adentrarte porque son laberintos de donde no se sale. Donde viven oscuros seres a los que temer.

Ilustración: El cielo por el tejado


Donde otros me habían dicho que hay monstruos que aniquilar yo, desde la maternidad, con todo lo que me ha traido y las formas que he descubierto, sólo veo un río en el que nadar en favor de la corriente. Mi cuerpo y mi psique a favor de mi misma, respetuosa con la flora de la ribera, respetuosa con lo que soy, con lo que tengo, con mi cuerpo instrumento de tantas cosas sanas. Capaz de liberarse. Capaz de emanciparse.

"Sería bonito coger las estrellas con las manos.
Hacer un barco en el aire y navegar sin descanso.
Es que yo vivo navegando sobre una barca sin remos"

Sólo un paso atrás quedan los abandonos de mi cuerpo en otras manos. Sólo un paso atrás quedan las sensaciones de incapacidad, de no saber, de no llegar. Y es tan fácil volver ahí que ya no da ni miedo el retroceder, porque me sé el camino, y este camino es mio. Lo he trazado yo, a fuerza de pisar. Y lo seguiré trazando noche a noche y día a día. Mientras tomo poco a poco el poder de lo que me fue arrebatado.

Ya no danzo loca al son de los tambores de lo que otros quieran para mi, para mi cuerpo, para mi mente, para mi hijo, para lo que es de tod@s, para nuestro futuro...

Hay remedios caseros, pócimas y unguentos de nuestros ancestros, pomadas que traen esencias de plantas machacadas que curan por dentro y por fuera. Hay vendas que nunca se ponen en los ojos, se ponen en las muñecas para fortalecer, para luchar. Hay fórmulas que no son mágicas, son la fórmula de la vida y del poder sobre la misma.


"Confundir y confiar, para golpear despúes y confiar..."


El último de la fila "Ya no danzo al son de los tambores"




Niña Pastori "Yo vivo navegando"



Para emanciparnos desde nuestro cuerpo:

Un líbro: Anti-tóxico, de Carlos de Prada. Decidir sobre uno mismo y lo que le rodea con información.

Las medicinas alternativas, respetuosas con el cuerpo, que trabajan a favor de él, que confían en su lado sano: la homeopatía, la reflexología, la osteopatía...






13 comentarios:

  1. Por cierto, el libro voy a buscarle en la biblioteca, creo que es el momento idóneo para leerlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira a ver en las bibliotecas si, porque no es un libro caro, al contrario es económico, pero... está agotado en todas partes!
      Ya me contarás.
      Besitos...

      Eliminar
  2. Creo que el comentario anterior no me lo ha registrado asi que lo reescribo resumido: Grandes palabras, que tenemos que tener en cuenta. Somos dueñas de nuestros actos, y aunque los consejos son bien recibidos no debemos aceptar las imposiciones de los demás sólo porque hayan experimentado antes lo que ahora vivimos nosotras. Con la música hoy me has matado, Ellos son gran parte de la banda sonora de mi vida y Ella de la banda sonora de mis sentimientos. Besucos, preciosa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María, tienes razón, tenemos que tener la valentía de escucharnos a nosotras mismas al menos con la misma intensidad que escuchamos a los demás...
      Lo de la música de hoy la verdad que si... ha sido un poco de añoranza, quizás me acordé de ellos por aquello de despedirme de lo viejo que hablo en la entrada! me alegra que te guste! besitos

      Eliminar
  3. Muy cierto. La maternidad te engrandece... =)
    Un besete guapa!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues entonces tu eres grande por partida doble! ;)
      Un beso enorme Elena

      Eliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Tú sí que sabes! Tocar tu son es lo que toca

    ResponderEliminar
  6. Sin duda, la maternidad es una reconexión vital y necesaria con nuestro yo más instintivo. Yo aprendí de la primera a la segunda, que si te olvidas de tener que quedar bien y todas esas cosas y te centras en lo que queréis tú y tu hijo, todo es mucho más fácil y creces inmensamente como persona. Qué bonito post :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Madi!
      La maternidad es un viaje emocionante y como tu dices intuitivo, un viaje sin billete de vuelta y que nunca sabes muy bien hasta dónde te va a llevar.
      Me alegra que te haya gustado, un besazo!

      Eliminar